martes, 30 de septiembre de 2008

Me llevaron a la guerra y me encontré otra cosa


Yo, un feliz castellano, soltero y aun por casar, fui alistado por el ejercito para proteger una región Gallega.

Ejercito que me prometio paga y conocer mundo... y bueno por que no decirlo... VIOLACIONEEEEEES!!!... pero todo fue un poco diferente. Al alistarnos se nos entregaron nuestros objetos personales... tabardo, plato, cazo, y la paga... tres jodidos, pobres, gastados y escasos maravedís.

Tras un largo viaje al "reino" de Galicia, llegamos a un grandioso castillo, unas vistas magnificas, (que no pude disfrutar ya que era de noche). Nada mas llegar, se nos ordenó ir al rancho, a cenar. Así pues, todos incluido el Capitán, fuimos apresurados comprobando tristemente que no quedaba comida... para compensar, un tipo feo nos ofreció bocatas de jamón... la verdad tenían poco jamón, mas bien nada, con el hambre que llevábamos no nos importo demasiado.

Una vez tragado el bocata de pan tuvimos que montar nuestras tiendas y colocar nuestros trastos para dormir. Tras unas horas montando y haciendo lo imposible por agarrar las tiendas a un suelo de piedra, conseguimos la horizontalidad que nos permitió abrir los ojos a un día de luz...

Por la mañana, se nos informo de que había que desayunar, así que fui corriendo para no quedarme esta vez sin mi parte. Al llegar arriba me pidieron mi ticket de desayuno... ¿Ticket de desayuno?... soy un soldado!!... que pasa no ves mi tabardo?? ... pues por lo visto no, no lo veían... Tras este bofetón moral bajé velozmente hasta las tiendas donde localice el dichoso ticket de desayunos... una vez mas volví a subir, esta vez no fue velozmente (uno no esta para cansarse sin motivo) y al llegar comprobé con alegría que aun quedaba desayuno y leche caliente. Feliz y sonriente pregunté donde tenían la leche, a lo que ellos me dijeron:

- ¿Donde tienes tu el cazo?...-

El cazo... el jodido cazo... era para esto... En este segundo bofetón moral opté por coger algo de comida y baje enfurruñado a la tienda a desayunar a palo seco (costo tragar, pero comí).
Una vez desayunados y preparados formamos ante el castillo a ojos del arzobispo, que soltó un discurso de lo mas motivador, al menos para los que sabían gallego... la verdad yo no me enteré demasiado, solo oí que estábamos en tiempos de paz, así que pensé que pronto podría volver a casa con lo que hubiera ahorrado del ejercito (nada más lejos de la realidad).

Poco después hicimos unos entrenamientos entre compañeros a modo de instrucción, cosa que me extraño, ya que en tiempos de paz, para que tantas prisas en formar a la gente... son tiempos de paz... ¿no?. Pero bueno fue divertido... aunque todo cambio cuando el arzobispo asomó de nuevo por el balcón del “destino” y dijo algo que entendí al oír la respuesta de los soldados... MUERTEEEEE... y si, el escalofrío que sentí me hizo ver que quizás no llevar armadura completa como el resto de mis compañeros me complicase algo las cosas. Pero bueno, la conclusión fue que de tiempos de paz nada de nada.

Tras todo este coñazo, nos asignaron tomar un fuerte que había en casa dios. ¿Por que teníamos que tomarlo?, buena pregunta, había que tomarlo por que un cadáver de campesino lo dijo... yo como soldado no quería corregir a nadie, pero entre mis compañeros se extendían las mismas dudas. Aun así partimos hacia ese lugar, donde por lo visto el enemigo estaba fortificado y reuniendo fuerzas para finalmente hacerse con el castillo, o algo así... quien sabe.

Finalmente y tras un largo recorrido bajo el sol, llegamos a las proximidades del fuerte, donde junto a un compañero se nos ordenó ir a explorar el terreno. Avanzamos con decisión y vimos unos arqueros y una unidad soldados... no parecían muy alterados al vernos así que volvimos y comunicamos al Capitán y nos dispusimos a avanzar. Suena sencillo, y así fue... los aplastamos como quien se divierte jugando con unas hormigas que intentan mantener la linea. Lo único que me llamo la atención fue que no entendía para que querían un fuerte donde los prados de alrededor tiene plantas con un veneno tan potente que no puedes cruzarlo campo a través... muy raro... pero ahí estaba ese campo extraño.

Una vez tomado el fuerte... nos dispusimos bajar otra vez y nos cruzamos con los portugueses... todos sabíamos que eran una panda de traidores, pero parece ser que nuestro general no tenia ni zorra de esos rumores. Los portugueses alegaron haber sufrido un ataque de los mercenarios Irmandiños así que subieron a cuidar del fuerte y los rehenes. Nosotros partimos a atacar a esos jodidos mercenarios.

Al llegar ante los mercenarios todos pensamos.

- Está hecho, son cuatro gatos más los que hay en el bosque que se esconden fatal -

Pero al poco rato nos dijimos... ¿¿cuatro gatos??... pero si los portugueses eran ciento y la madre!!. Si efectivamente pasó... mientras nos arreábamos con los mercenarios aparecieron los portugueses por la retaguardia (se comieron una contra ofensiva espectacular).Los portugueses y los prisioneros liberados empezaron a comprobar que aun siendo el doble no podrían con nosotros... así que apareció otra unidad mas, ¿quienes? que importa, morían igual.

Así que ahí estábamos aguantando rodeados por las otras tres facciones como auténticos héroes. Finalmente en lo mas intenso de la batalla oímos gritar a nuestro general.

- ¡¡¡RENDICIÓÓÓN!!!...

Y todos dijimos

- SIIiii...mmm??... rendición??... ¡¡NOOOOOOO, que ya los teníamos!!

Por lo visto nuestro general tampoco sabía que eso estaba controlado. Así que nada, depusimos las armas y se acercaron para hacernos prisioneee.....

Me desperté sobresaltado, había sido una pesadilla. Creí que era un soldado que moría tras una grandiosa batalla de la forma mas ruin, acuchillado... pero bueno, no pasa nada sigo aquí en el castillo y ya ha caído la noche.

Junto con mi regimiento nos dirigimos a cenar, de sucias bandejas con nuestras curtidas manos cogíamos todo tipo de alimentos (fríos) y nos los tragamos como salvajes hambrientos, hasta que nos llegó una noticia a los oídos. Habían capturado al general de la primera y los Irmandiños querían ejecutarlo. Ofrecieron una cuantiosa recompensa a quien lo rescatara y también a quien matará a un tal Conan, al enterarnos Darko y yo nos dispusimos a la hazaña...

Al bajar al campamento Irmandiño vestidos de paisano, comprendimos que entrar en él no era muy difícil, pero que salir de él con la cabeza de un tío o con uno de sus prisioneros no iba a ser muy fácil... por no decir imposible. Así que decidimos disfrutar de la presencia de las damas gallegas, el buen fuego y la fiesta Irmandiña... pensándolo bien, era lo mejor, mañana estarán todos muertos, así que mejor disfrutar de sus costumbres antes de que no quede nada de su cultura.

Finalmente subimos de nuevo al campamento y comprobamos que si que se podía matar a Conan. Una de las unidades (“los buitres” apodados “los cuervos”) de nuestro regimiento lo había logrado. Por lo visto, el tal Conan tenia doble personalidad y le pillaron hablando solo en mitad de la nada... que cosas.

A la mañana siguiente, tras una noche larga y de gran dolor en la espalda, a nuestros líderes no se les ocurrió mejor idea que irnos a batallar una campaña definitiva al otro lado del mundo, así que todo dios con sus armaduras completas, armas y demás complementos, partimos al viaje bajo ese abrasador sol que nos torturaba.

La verdad es que pudimos ver de bien cerquita a nuestro arzobispo, ya que un estúpido Irmandiño intento matarlo mientras viajábamos a la localización. El pobre no duro ni dos segundos. Estaba claro que Dios estaba de nuestro lado, del lado del arzobispo.

La cosa fue que al llegar a la zona de combate empecé a dejar de creer en dios... por algún extraño motivo nos enfrentamos a dos ejércitos enormes. Y por otro motivo que desconozco a nuestros lideres les pareció buen idea luchar en contra del sol y con nuestros dos flancos expuestos a cada uno de los ejércitos por que algún oráculo chungo lo había previsto así.

Pero si todo esto no fuera suficiente, cuando comenzó la batalla, fuimos nosotros los que tuvimos que acercarnos, a pesar de ser los “asediados”. Esquivando flechas y los proyectiles de las catapultas llegamos a la linea enemiga donde pudimos comprobar que sus catapultas levitaban mágicamente y no era posible alcanzarlas... ¡¡era brujería!! y esto no se podía consentirse a ojos de dios.

Seguimos nuestra hazaña y continuamos exterminando a este primer ejercito al que nos enfrentamos. Pero, algo sucedió... el enemigo tenia sed. Así que ante nuestra atónita mirada, el combate se detuvo y todos nosotros volvimos a nuestras posiciones iniciales... bebimos agua, bebieron agua, vimos como recuperaban su munición de catapultas y ¡¡resucitaban a sus muertos!!

Aun así todo esto no importaba, nuestros valerosos capitanes una vez mas dieron la orden de cargar, pero esta vez... el tercer ejercito, decidió unir sus fuerzas con su enemigo para jodernos la vida un poco más.

Una vez más, la cosa se puso fea, nos empezamos a curtir bajo la lluvia de flechas y proyectiles catapultados. Nada de esto parecía amedrentarnos, pero el destino se guardaba un as en la manga... nuestras flechas se agotaron. ¿Dije un as en la manga? ...quizás debí decir un puñado de ases. Ante mis ojos vi como un hombre tras caer muerto a manos de mi lanza al poco rato se levantaba como nuevo, e incluso parecía tener un aura de heroicidad que lo protegía. Esta visión m distrajo lo suficiente y note como una lanza enemiga me negaba presenciar el termino de esta batalla que ya parecía perdida, al comprobar como a todos mis compañeros se les quebraban de una forma extraña todas sus lanzas...

En mis últimos suspiros en el suelo, tras esa nube de polvo y fuertes pisotones que aceleran tu ida, solo pude pensar:
- ¡Joder, Dios es gallego!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén soldado.

Un saludo de tu sargento

Roberto Yazston dijo...

Reitero lo que ya dije, estabais destinados a perder, las estrellas asi lo exponian, y contra el destino.....


XDDDDDDD

Raziel Jharkav dijo...

Sip, es lo que tiene creer en un Dios gallego y querer eliminar a los gallegos :P

Iosu Palacios dijo...

y lo bien que os lo pasasteis cabrones...:P.

Algun dia os explicare con alcohol de por medio porqeu avanzamos primero en la batalla final, que fue orden mia XP.

Anónimo dijo...

jeje supongo que por la tipica razon por la que avanza un vasco en una batalla final..."aiba la ostia general!!! ke no hay huevos de avanzar en la batalla final!!!???"

Raziel Jharkav dijo...

me imagino que sería para conseguir una de sus catapultas voladoras interdimensionales imposibles de capturar y atacar :P

Paula Edith dijo...

xDDDD
¿Pero por qué se levantaban de nuevo? ¿Hacían trampa o había un super-clergio en las cercanías?

Lulau dijo...

Ya lo he leído.
Me nos mal que os lo tomais con humor.